El Vuelo Fallido De Un Rey

Era una tarde cualquiera de un domingo de octubre de 2009; el Rey Zopilote volaba por los alrededores del municipio de Nueva Morolica al sur de Honduras como si tratara de marcar su territorio.

De repente y cuando menos se lo esperaba sufrió un aparatoso accidente al chocar con unos cables de alta tensión lo que inmediatamente provocó que el animal cayera al suelo, llamando la atención de los perros que miraban con asombro lo que le sucedía al ave.

Ante el ladrido de una multitud de perros se alertó el campesino Félix Flores quien sin pensarlo dos veces corrió al auxilió del animal, desconociendo que se trataba del Rey Zopilote.

El abundante plumaje blanco y negro, la cabeza y el cuello desnudo y arrugado y una piel de tonos entre amarillo, naranja y rojo causó la admiración de quienes llegaron a curiosear al lugar.

Ante la carencia de conocimientos para curar las heridas del animal, el campesino Félix prefirió entregarlo al señor Elán López para que él se encargara de su recuperación.

Días después los vecinos del poblado recomendaron a los técnicos del Instituto de Conservación Forestal para que una vez que el Zopilote se recuperara fuera puesto en libertad allí mismo donde cayó.

Sin embargo la decisión que se adoptó fue buscarle al animal el lugar más idóneo para recuperarse de sus múltiples heridas sin correr peligro y fue así que se trasladó con todo cuidado hacia el Zoológico Metropolitano ubicado en el Cerro El Picacho en la capital del país.

De inmediato se le realizaron los análisis médicos y los cuidados para su recuperación.

De allí en adelante la vida del Rey Zopilote transcurrió en aparente calma dentro del zoológico donde era admirado a diario por chicos y grandes debido a su porte y belleza aunque tiempo después y ya recuperado de salud se determinó que lo ideal sería liberarlo cuanto antes en la comunidad donde fue rescatado, dado que no sería conveniente que dicho animal permaneciera más tiempo en cautiverio ya que esto podría modificar su comportamiento.

Y fue así que el Rey Zopilote con su elegante collar de plumas grises en su cuello alzó vuelo nuevamente hasta perderse en los cielos de Nueva Morolica.